El libro del francés Philippe Ariès, El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen, publicado en 1960, es considerado como el pionero sobre el estudio de la historia de la infancia. En su trabajo se propone descubrir cómo la actitud de los adultos respecto a la infancia se ha transformado a través del tiempo, estableciendo una relación entre la historia de la educación y la historia social.
Señala que la educación será un elemento importante en la construcción de una identidad infantil, ya que por un lado se encargará del aprendizaje de los niños –sustituyendo así el papel de los padres–, y establecerá un límite entre el mundo de la infancia y el mundo de los adultos. Es así que los niños, antes de entrar al mundo de los adultos, tendrán que estar preparados para poder enfrentarse a los problemas que se les presenten, y ése será el papel de las escuelas, la preparación de los niños para sobrevivir en el mundo exterior.
Mientras que con la obra de Lloyd DeMause, Historia de la infancia, se plantea la teoría psicogénica de la historia, la cual estipula que la fuerza central del cambio histórico de la infancia no es la tecnología ni la economía, sino los cambios psicogénicos de la personalidad resultado de las interacciones entre padres e hijos.
Es así que propone que las concepciones de la infancia están asociadas a las formas de crianza, las cuales se conciben como un tipo de relaciones paterno-filiales. DeMause establece seis tipos de relaciones paterno-filiales: 1) Infanticidio (antigüedad-siglo iv), 2) Abandono (siglos iv-xiii), 3) Ambivalencia (siglos xiv y xvii), 4) Intrusión (siglo xviii), 5) Socialización (siglo xix- mediados del xx) y 6) Ayuda (se inicia a mediados del siglo xx).
Las concepciones que van surgiendo en cada una de estas etapas están determinadas por la aproximación entre los padres e hijos, es así que una generación va superando a la otra. Está teoría psicogénica es importante porque plantea que las características de la sociedad en cierta época son el resultado de este acercamiento (padres e hijos), que ciertas costumbres prevalecerán si se continúan transmitiendo de generación a generación o, en todo caso, pueden desaparecer si dejan de transmitirse.
Zoila Santiago Antonio / UAM, México